sábado, 11 de enero de 2014

Spiner / Di Benedetto

Antonio Di Benedetto, un escritor redescubierto por los lenguajes del cine y la historieta

Alejandra Rodríguez Ballester
Uno de los pocos escritores en lengua española del siglo XX con un estilo propio. Así definía Juan José Saer a Antonio Di Benedetto, y se preguntaba por qué el reconocimiento le llegaba tarde y a cuentagotas.  Autor de Zama, su novela más perfecta, en 1956, traducida a varias lenguas y premiada en la Argentina y en el exterior, Di Benedetto condensó en su literatura el conflicto de profundidad filosófica –muy cerca del existencialismo- con un trabajo intenso de renovación de la lengua y de la narrativa. Mientras que algunos de sus cuentos –Mundo animal, El pentágono- abordan lo fantástico y se los consideró emparentados con el objetivismo francés, en Zama, el drama de la espera es individual y existencial, a la vez que traduce de manera trágica el destino sudamericano.
En 1976, el mismo día del golpe, Di Benedetto fue detenido y encarcelado durante un año por la Junta Militar. Durante su cautiverio, a pesar de la censura de sus carceleros que le prohibían escribir ficción, enviaba relatos, camuflados en una letra microscópica, dentro de sus cartas. Uno de esos relatos –luego publicados bajo el título de Absurdos- es Aballay, que acaba de ser llevado al cine por Fernando Spiner y también mereció una versión en historieta, por parte de Cristian Mallea. El cuento original de Di Benedetto, el guión de la película por Spiner, Javier Diment y Santiago Hadida y la versión del relato en cómic acaban de ser publicados por la editorial Adriana Hidalgo bajo el título de Aballay. Según la crítica literaria Jimena Néspolo (Ejercicios de pudor), la experiencia en las cárceles de la dictadura generó en el escritor “una ética de la culpabilidad y del absurdo” que es el corazón de este relato. Porque Aballay es un gaucho místico, un malevo culpable y culposo, que no puede olvidar la mirada de un chico al que le mató al padre en sus andanzas de bandolero. Y después de escuchar el sermón de un cura de pueblo sobre la penitencia de los estilitas, que trepaban a los pilares para estar cerca de Dios y lejos de la tierra donde habían pecado, decide subir a su caballo y no bajar nunca más, para pagar, así, de alguna manera,  su deuda.
“Me impactó mucho cómo en un hombre de hace un siglo y medio impacta un relato bíblico milenario y cómo eso me impacta a mí doscientos años después. Esto  tiene que ver con ese núcleo de la cultura judeocristiana que es la culpa”, cuenta Fernando Spiner,  quien a partir de tomar contacto con este relato decide hacer una película que recién logró concretar luego de veinte años. La espera –tan dibenedettiana, por cierto- y la obsesión con Aballay tuvieron mejor suerte en el caso del film de Spiner, que el intento inconcluso y mítico de Nicolás Sarquis de filmar Zama. Recurrente el interés que despierta Di Benedetto en los cineastas –Juan Villegas estrenó Los suicidas, hace seis años-, algo que Spiner explica por la profundidad del conflicto que vive el personaje y también por las paradojas que el relato construye. Ese gaucho que se condena a vagar excéntricamente sobre su caballo termina por ser considerado un santo.
-          ¿Cómo se transforma un relato tan lacónico y existencialista en un western?
-          Este podría haber sido, también un film al estilo iraní, que va al fondo del personaje solo introduciéndose en su propio universo pero creo que esta potencia se conserva, aun siendo una película de acción y aventuras. El conflicto filosófico tiene una potencia popular mucho más grande. Nuestra jugada más destacable fue recorrer el segundo acto con ese chico al que Aballay le mata al padre, en el rol de vengador. Ese niño, cruzado por la violencia, cuando se decide a llevar adelante su venganza se encuentra con que el asesino es un santo.
-          ¿Qué queda de la palabra de Di Benedetto en la película?
-          Mucho. El duelo final es textual. Y hay escenas, como el diálogo con el cura sobre los estilitas o el delirio místico de Aballay, que están muy cerca del cuento. Pero el guión construye otro mundo, aunque el corazón del relato de Di Benedetto está en la película.
El libro publicado por Adriana Hidalgo –una editorial que tiene como proyecto la reedición de toda la obra de Di Benedetto-  narra también las circunstancias de la filmación en Amaicha del Valle e incluye la historieta de Mallea con guión de Spiner, Diment y Hadida. Esta historieta tuvo un rol importante en los intentos de encontrar productor para el film. Fue la base de un “animatic” que puede verse en you tube, y en el que Spiner volcó todo el trabajo de exploración realizado para el film. Distintos lenguajes para acercarse a la obra de un escritor que estuvo muy cerca del cine desde su trabajo periodístico como crítico del diario Los Andes y que pueden llevar a redescubrir la literatura sutil y poderosa de uno de los más grandes escritores argentinos.  
                                                                                                    (Nunca publicada en el diario Clarín)

FICHA DEL LIBRO
Aballay
Antonio Di Benedetto
Incluye el guion cinematográfico de Fernando Spiner y la historieta deCristian Mallea.
Adriana Hidalgo
158 págs.
(

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